martes, 6 de enero de 2009

MY IRON LUNG

El aire invisible va quemando poco a poco cada célula en mi interior. Quema con cada respiro mis enormes deseos de dejar de respirar, de no escuchar nada, de pensar lo mismo…nada.El dolor es delirante alimentado con cada pensamiento que invade mi mente, entierran mas y mas las espinas, espinas que llegaron como un virus que me invadieron de apoco que mi cuerpo resistía y combatía, pero así como el sol le roba el espacio a la luna, lentamente fue invadiendo todo, “Un agresivo cáncer terminal” decían los especialistas.

Como en cualquier enfermedad viral solo existe una cura, y la cura es la misma enfermedad. El dolor se torna insoportable y soez cuando el virus entra en la sangre y llega al corazón, lo rodea sonríe placenteramente y poco a poco lo va estrujando, mientras que la sangre hierve y los pulmones se inundan, los músculos se atrofian y la vista se nubla. Dramatismo en el aire al ver danzar frete a ti el único final a todo el sufrimiento, sonriendo, paseando, se acerca y sientes como la vida regresa a cada nervio en tu organismo, y se aleja otra vez dejando una herida aun mas profunda que las ya infringidas.

Calmo el dolor con dosis elevadas de nicotina, dejar de pensar seria de gran ayuda, dejar de respirar definitivamente seria una gran alegría, es lamentable la calidad de “imposible” de las dos opciones, y nada tendría que salir mal por que en la agonía solo hay una palabra que no dejo de repetir, y esa palabra es un nombre, y ese nombre es la cura, y la cura me dice que no existe ninguna cura, que el diagnostico fue erróneo, nueva teoría “sujeto hipocondriaco”.

Ahora es inevitable el virus lo destruyo todo, nadie incluyéndome entiende por que el cardiograma sigue marcando un latir si no queda nada mas, aun el soporte de vida externo mi pulmón de acero dejo ya de funcionar, tener miedo esta bien me siguen repitiendo y yo te pido perdón una ironía desde cualquier percepción, aun sin entender el error en el plan, dos lagrimas resbalan por cada mejilla, una mescla homogénea entre tristeza y coraje refrescan el tacto como una bocanada de aire puro después de llegar al limite de la asfixia, sin ninguna justificación el culpable sigo siendo yo, y tal vez algo de razón hay en la diagnosis final, por que…te sigo pidiendo perdón.

“I carved your name across my eyelids,
you pray for rain I pray for blindness.”

1 comentario:

Anónimo dijo...

No pude leer todo, pero imagino que tiene que ver con la palabra amor, no tengo que decir mucho Ploug, pero debes saber que eso nos aqueja a muchos y GRACIAS a Dios SENTIMOS y no somos ajenos a la nada...

Un beso